martes, 10 de enero de 2012

Un homme qui dort



Primero, en 1967, fue una novela de Geroges Perec que empezaba con una cita de Kafka que dice así:

"No es necesario que salgas de casa. Quédate junto a tu mesa y escucha. Ni siquiera escuches, espera solamente. Ni siquiera esperes, quédate solo y en silencio. El mundo llegará a ti para hacerse desenmascarar, no puede dejar de hacerlo, extasiado se retorcerá ante ti”


Luego, en 1974, Perec y unos amigos hicieron una película que está en Youtube en varios trozos subtitulada en inglés (tenéis el primero colgado aquí encima) y que habiendo recortado el texto original empieza así (el texto empieza en el minuto 6:45 y lo he traducido lo mejor que he podido):

"Tu despertador suena, tú no te mueves en absoluto, te quedas en la cama, vuelves a cerrar los ojos.
No es un gesto premeditado, no es un gesto en absoluto, es una ausencia de gesto, un gesto que tú no haces, un gesto que evitas hacer. Te fuiste a la cama temprano, dormiste bien. Habías puesto el despertador. Habías oído cómo sonaba. Has dejado que sonara varios minutos ya despierto por el calor o por la luz o por la expectación. No te mueves. No te moverás. Otro, un sosia, un doble fantasmagórico y meticuloso hace, quizá, en tu lugar, uno a uno, los gestos que tú ya no haces: se levanta, se lava, se afeita, se viste, se va.”


El protagonista, interpelado por una voz en segunda persona se queda encerrado en casa y decide abandonarlo todo, absolutamente todo y recluirse en su habitación, en sí mismo, como un hikikomori cualquiera. Después de este primer instante, ¿Qué pasaría? La respuesta de Perec está en la novela y en el film. La nuestra en los comentarios.

2 comentarios:

Jorge dijo...

"Te deseo primero que ames,
y que amando, también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar
y que después de olvidar, no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así, pero que si es,
sepas ser sin desesperar.

Te deseo también que tengas amigos,
y que, incluso malos e inconsecuentes
sean valientes y fieles, y que por lo menos
haya uno en quien confiar sin dudar.

Y porque la vida es así,
te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta,
para que, algunas veces, te cuestiones
tus propias certezas. Y que entre ellos,
haya por lo menos uno que sea justo,
para que no te sientas demasiado seguro.

Te deseo además que seas útil,
más no insustituible.
Y que en los momentos malos,
cuando no quede más nada,
esa utilidad sea suficiente
para mantenerte en pie.

Igualmente, te deseo que seas tolerante,
no con los que se equivocan poco,
porque eso es fácil, sino con los que
se equivocan mucho e irremediablemente,
y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
sirvas de ejemplo a otros.

Te deseo que siendo joven no
madures demasiado de prisa,
y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer
y su dolor y es necesario dejar
que fluyan entre nosotros.

Te deseo de paso que seas triste.
No todo el año, sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras
que la risa diaria es buena, que la risa
habitual es sosa y la risa constante es malsana.

Te deseo que descubras,
con urgencia máxima, por encima
y a pesar de todo, que existen,
y que te rodean, seres oprimidos,
tratados con injusticia y personas infelices.

Te deseo que acaricies un perro,
alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero
erguir triunfante su canto matinal,
porque de esta manera,
sentirás bien por nada.

Deseo también que plantes una semilla,
por más minúscula que sea, y la
acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuantas vidas
está hecho un árbol.

Te deseo, además, que tengas dinero,
porque es necesario ser práctico,
Y que por lo menos una vez
por año pongas algo de ese dinero
frente a ti y digas: "Esto es mío".
sólo para que quede claro
quién es el dueño de quién.

Te deseo también que ninguno
de tus defectos muera, pero que si
muere alguno, puedas llorar
sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.

Te deseo por fin que, siendo hombre,
tengas una buena mujer, y que siendo
mujer, tengas un buen hombre,
mañana y al día siguiente, y que cuando
estén exhaustos y sonrientes,
hablen sobre amor para recomenzar.

Si todas estas cosas llegaran a pasar,
no tengo más nada que desearte."

Victor-Marie Hugo

BRAGAOMEANO dijo...

Ante la manifiesta hostilidad del mundo real.El lo quiero todo y lo quiero ahora, la falta de principios morales. Dan ganas de ser eremita, vivir en una cueva y ver la realidad a traves de las sombras que la fogata nos procure.
La información pasa tan rapido como un Concorde y nuestro cerebro solo logra escuchar el ruido del reactor.
Este estress, que nos invade que no nos deja disfrutar de las pequeñas cosas. Yo ya he visto en donde reside mi felicidad :
De mi casa al trabajo, del trabajo a mi casa, comer con mi hijos y señora. Un gran siesta reparadora, jugar con mis hijos hasta que empiece el partido en la tele. Ver el partido con los pies encima de la mesa del salón. Y si luego antes de ira dormir y después de dar un beso a mis hijos, mi esposa me deja dar rienda suelta a mis instintos. Miro al cielo y exclamo : Gracias Dios, por haberme dade la capacidad de disfrutar la felicidad.
Esta vida no siempre es posible y entonces dan ganas de huir y escapar a la soledad interior.