jueves, 23 de enero de 2014

Elogio de la ociosidad


Dice Berrand Russell:

La fe en las virtudes del trabajo está haciendo mucho daño en el mundo moderno

Los métodos de producción modernos nos han dado la posibilidad de la paz y la seguridad para todos; hemos elegido, en vez de esto, el exceso de trabajo y la inanición para otros. Hasta aquí, hemos sido tan activos como lo éramos antes de que hubiese máquinas; en esto hemos sido unos necios, pero no hay razón para seguir siendo necios para siempre.



Cuando tengáis un rato leed las diez páginas de esta obra de Russell en la que propone que trabajemos 4 horas al día y nos recuerda que hace cien años la jornada laboral podía ser de hasta 15 horas. 

Después de leerla, se me ocurrió el otro día lo siguiente que colgué en Twitter:

Si no hay trabajo para todos, ¿de quién ha sido la brillante idea de que los que trabajamos tenemos que trabajar más.

Otra opción más larga sería ésta que parece más una carta al director:

En un momento en el que todo el que tiene un trabajo se aferra a él hasta escararse sin apenas protestar cuando aumentan sus horas de trabajo y disminuye su sueldo, lo que voy a decir puede sonar extraño, pero no me cabe duda: para salir de la crisis tenemos que trabajar menos, para vivir mejor, tenemos que trabajar menos y para que no quememos este bendito planeta en dos generaciones más, también tenemos que trabajar menos.
 Cuantas más horas trabajemos, habrá más parados que estarán dispuestos a cobrar menos por su trabajo, todos tendremos menos salud y habrá más miseria. Me duele que el gobierno de mi país haya colaborado a todo esto que parece un plan orquestado por los poderosos para que haya cinco millones de parados dispuestos a venderse por un plato de lentejas.
Tal vez la pregunta sea cómo queremos salir de de la crisis. ¿queremos salir disparados hacia otra crisis igual o queremos salir de ella buscando otra cosa, buscando algo mejor para todos?


¿Qué se os ocurre a vosotros?

viernes, 17 de enero de 2014

Juan Gelman



No es la primera vez que hablamos de Juan Gelman.
Ahora se ha muerto y me gustaría recordarlo con un poema suyo que se llama...


Epitafio

Un pájaro vivía en mí.
Una flor viajaba en mi sangre.
Mi corazón era un violín.

Quise o no quise. Pero a veces
me quisieron. También a mí
me alegraban: la primavera,
las manos juntas, lo feliz.

¡Digo que el hombre debe serlo!

Aquí yace un pájaro.
Una flor.
Un violín.



Supongo que sería buena idea dejar escrito un epitafio para ocasiones como ésta. O no. Como queráis. Os dejo abiertos los comentarios.

viernes, 10 de enero de 2014

Ecuaciones

math_global_warming

Lamento que las ecuaciones que aparecen en la imagen estén en inglés, pero es que son muy buenas. Hay más en http://www.morenewmath.com/

El juego, evidentemente es hacer las nuestras. Os pongo algún ejemplo:

Clubdeescritura = Ejercicio + Creatividad + Atrevimiento + Beso

Paz = Equilibrio  Deseo

Sueño = Deseo – Realidad

sábado, 4 de enero de 2014

Queridos Reyes Magos


Queridos Reyes Magos,

hoy no os pido ninguna cosa para mí porque ya no caben más trastos en casa ni más obligaciones en mi cabeza. Os pido menos; menos libros, menos cachivaches electrónicos, menos citas, menos apuntes bancarios, menos seguros, menos cansancio, menos bicicletas, menos zapatos, menos camisas, menos metros cuadrados que limpiar y calentar, menos deseos, menos relojes, menos alarmas, menos angustias, menos carne y más verduras. Y puestos a pedir sí que pido cosas que no son cosas: más abrazos, más risa, más música, más aire libre y más caricias.

Evidentemente, el ejercicio de hoy es escribir una carta a los Reyes Magos.

miércoles, 1 de enero de 2014

La mejor parábola de monjes

File:Leonard Cohen17b.jpg

Son muchas las historias de monjes que se me ocurren, por ejemplo la de Leonard Cohen que hizo una gira cuando había prometido no hacer más porque su agente se marchó con toda la pasta. Yo lo vi en Madrid y creo que es el concierto más emocionante que recuerdo.

Otra historia de monjes es ésta que encontré el otro día por Internet y os resumo y traduzco:

El ministro se encuentra con su amigo de la infancia muchos años después. Su amigo es ahora un monje pobre y el ministro le dice con pena:

Si aprendieras a servir al rey no tendrías que comer judías y arroz.

El monje le responde:

Si aprendieras a comer judías y arroz, no tendrías que servir al rey.


¿Qué historia de monjes es la vuestra?