viernes, 31 de octubre de 2014

Taller Cortázar II

Instrucciones para subir una escalera:

Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se situó un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso. Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie). Llegando en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.

No os perdáis las instrucciones para dar cuerda al reloj o las instrucciones para llorar, pero el ejercicio de hoy es escribir vuestras propias instrucciones:
Instrucciones para sobrevivir en...
Instrucciones para olvidar
Instrucciones para levantarse
Instrucciones para volar
Instrucciones para hace sushi
Instrucciones para hacer unas instrucciones...

sábado, 25 de octubre de 2014

Taller Cortazar I



Vamos a jugar con Cortázar un poquito en este año de su centenario.
Empezamos trabajando sin muchos preámbulos. Os propongo que empecemos con el siguiente texto que está incluido en Historias de cronopios y de famas publicado en 1962, un año antes que Rayuela:


Maravillosas ocupaciones

Qué maravillosa ocupación cortarle la pata a una araña, ponerla en un sobre, escribir Señor Ministro de Relaciones Exteriores, agregar la dirección, bajar a saltos la escalera, despachar la carta en el correo de la esquina.
Qué maravillosa ocupación ir andando por el bulevar Arago contando los árboles, y cada cinco castaños detenerse un momento sobre un solo pie y esperar que alguien mire, y entonces soltar un grito seco y breve, girar como una peonza, con los brazos bien abiertos, idéntico al ave cakuy que se duele en los árboles del norte argentino.
Qué maravillosa ocupación entrar en un café y pedir azúcar, otra vez azúcar, tres o cuatro veces azúcar, e ir formando un montón en el centro de la mesa, mientras crece la ira en los mostradores y debajo de los delantales blancos, y exactamente en medio del montón de azúcar escupir suavemente, y seguir el descenso del pequeño glaciar de saliva, oír el ruido de piedras rotas que lo acompaña y que nace en las gargantas contraídas de cinco parroquianos y del patrón, hombre honesto a sus horas.
Qué maravillosa ocupación tomar el autobus, bajarse delante del Ministerio, abrirse paso a golpes de sobres con sellos, dejar atrás al último secretario y entrar, firme y serio, en el gran despacho de espejos, exactamente en el momento en que un ujier vestido de azul entrega al Ministro una carta, y verlo abrir el sobre con una plegadera de origen histórico, meter dos dedos delicados y retirar la pata de araña, quedarse mirándola, y entonces imitar el zumbido de una mosca y ver cómo el Ministro palidece, quiere tirar la pata pero no puede, está atrapado por la pata, y darle la espalda y salir, silbando, anunciando en los pasillos la renuncia del Ministro, y saber que al día siguiente entrarán las tropas enemigas y todo se irá al diablo y será un jueves de un mes impar de un año bisiesto.


El ejercicio de hoy, como habéis adivinado, es escribir una frase o quince que empiecen así: "Qué maravillosa ocupación..."

miércoles, 15 de octubre de 2014

Time for time


Este Graffiti de Berlín no necesita mucha explicación. ¿Se os ocurre algo que tenga que ver con el tiempo?
A mí se me ocurre esto:

La prisa


Cuando vas en tu coche por los recovecos de la ciudad que conoces a la perfección, encontrar delante a un conductor que no sabe dónde va es desesperante. Va demasiado despacio. Mira a derecha e izquierda y tú lo sabes porque el coche no va exactamente por el centro de la calzada; va un poco a la derecha o un poco a la izquierda y cambia de lado como si hubiera visto a alguien, como si quisiera aparcar. De repente ese coche despistado que te precede casi se detiene, pero no. Casi se aparta y estás a punto de poder sobrepasarlo en una de esas calles estrechas que podrías recorrer sin esfuerzo con los ojos cerrados, pero no. Mascullas una maldición y el pobre hijo de su madre parece que te oye, aunque sea a la segunda o a la tercera y por fin se hace a un lado. Tú lo superas y miras a ver quién era, pero era alguien como tú. En realidad eras tú mismo, cuando no sabías el camino, cuando creías que no sabías el camino y te movías de otro modo. Cuando mirabas a todos lados y te detenías y así nunca viajabas por un túnel que te llevaba a lo mismo  todos los días.


martes, 7 de octubre de 2014

Curso de relatos con Quim Monzó III


Los argumentos de Quim Monzó son la mitad de sus relatos. Por ejemplo, su novela La magnitud de la tragedia cuenta la historia de un hombre que sufre una erección descontrolada. Pero volvamos a los relatos, porque, como pasa con Millás, los relatos de Monzó son tan buenos, que al leer sus novelas uno quizá espera demasiado.

Hoy os traigo otro cuento de El porqué de las cosas. Se titula "La determinación":

Por la tarde, la mujer fatal y el hombre irresistible se encuentran en un café de paredes color ocre. Se miran a los ojos; saben que esta vez será la última. Desde hace semanas, a uno y otra se les viene haciendo evidente la fragilidad del hilo que los ha unido desde hace más de tres años y que los hacía llamarse a todas horas, vivir el uno para el otro; una agitación tal que ni las tardes de domingo eran aburridas. Ahora el hilo está a punto de romperse. Ha llegado el momento de poner en duda el amor que se tienen y, en consecuencia, acabar.
Antes se veían casi todos los días, y cuando no se veían se llamaban por teléfono. En las últimas semanas apenas se han visto tres veces, y los encuentros no han sido alegres. Sin habérselo dicho, los dos saben que el encuentro de hoy es para despedirse irremisiblemente. Han llegado a tal grado de compenetración que a ninguno de los dos le hace falta explicitar que se aburre; los dos se percatan simultáneamente. Se cogen de la mano y recuerdan (cada cual para sí, en silencio) la perfección fornicatoria a que han llegado últimamente: ellos mismos se maravillan. No es extraño que al lado de semejantes acrobacias el resto de sus vidas les parezca insípido. Toma café, se dicen adiós y se va cada uno por su lado. Ella se ha citado a cenar con un hombre; él se ha citado a cenar con una mujer.
Después de los postres, la mujer fatal tarda una hora y media en irse a la cama con el hombre con el que se ha citado. El hombre irresistible tarda tres en irse a la cama con su acompañante. Ambos se descubren haciéndolo con tanto torpeza que se emocionan. ¡Qué pasividad! ¡Qué impericia! ¡Cuánta ansiedad! ¡Cuanta impaciencia! Les queda por recorrer un camino muy largo antes de llegar con los nuevos amantes a la perfección a la cual han dicho adiós esta tarde, con un café.


El ejercicio de hoy consiste en imaginar un argumento con dos arquetipos que pondremos frente a frente. En el relato de arriba son la mujer fatal y el hombre irresistible, pero vosotros tenéis que imaginar otros y hacer que surja algo entre ellos.

La mujer desordenada y el hombre que tenía su ropa clasificada por colores se quedaron encerrados en un ascensor de los antiguos....

El hombre lobo se cruzó con la chica depresiva a la que el médico había recomendado tomar baños de sol por su trastorno estacional. Él volvía y ella iba...

El hombre que tenía fobia al agua conoció por casualidad a una sirena...

La mujer impulsiva conoció al psicópata de turno...

El aprendiz de escritor se encontró con su musa una tarde de invierno...

miércoles, 1 de octubre de 2014

Vida


Miquel Martí i Pol es un poeta catalán del que había oído hablar y que una amiga me recomendó. Casi siempre que voy a su casa cojo este libro de la estantería, pero la barrera del idioma hace que no lo abra del todo y lo vuelva a cerrar. El otro día me pasó algo distinto. Lo abrí, empecé a leer y vi que entendía lo que decía y seguí leyendo.

Os dejo, dentro del libro de arriba, algunos de sus "Pensaments", los que se titulan "vida" y otros que tratan del mismo tema. En realidad, son fragmentos de poemas del autor, así que nos queda tarea...:

(vida)
La vida és un vaivé misterios.

(vida)
També és la vida aquesta angoixa d'ara
l'estranyesa d'un temps que cansa sense omplir;
també és la vida aquest perdre's en tot
sense saber ben bé quin camí fem.
(vida)
No pots desar la vida en un calaix
ni esborra les petjades dels camins
que ja mai més tornarás a recórre.
Els anys adversos fan la mateixa ombra
que els anys fecundas.

(vida)
i a cada instant gasteu tota una vida
perquè no hi ha futur que no us pertanyi,

(vida)
Tu que em coneixes, saps que sóc aquell que estima
la vida per damunt de qualsevol riquesa,
l’èxtasi i el turment, el foc i la pregunta.

(escriure)
Escric per viure.
O bé al revés, tal volta:
visc per escriure.

(viure)
Faig jurament de viure

(vida)
La vida és tot allò que no tenim.

(vida)
La vida sempre té raó


Y si queréis leer más, aquí tenéis el enlace de Twitter en el que La Vanguardia pidió a sus lectores que recogieran textos del poeta hace poco menos de un año en el décimo aniversario de su muerte.

El ejercicio de hoy es escribir:
(vida)
y algo debajo o no. Quizá baste con salir a la calle.