domingo, 1 de mayo de 2016

Encuentros



Hay días que tienen su gracia aunque empiecen a las seis de la mañana de un sábado fileteando una pechuga. Un acto de amor como tantos, preparar un bocadillo para tu hijo que volverá por la tarde después de jugar demasiado lejos de casa. Queso, algo de mayonesa, un chorro de ketchup, pan que compré y guardé en el frigo el día anterior. Menos mal que hay un autobús que lo lleva. Después no está mal estudiar un poco y escuchar historias de Lacan que decía unas cosas de la figura del padre que daba a entender que no había prestado mucha atención a sus hijos y a su doble familia, muy francesa costumbre. El madrugón adjudicado a Rómulo, Bárbara y unos cuantos más. Nadie es perfecto y desde luego si tu hija te ve salir del prostíbulo al que acudes los sábados, menos. Y otra vez la frasecita ésa del psicoanalísta: amar es dar lo que no se tiene. Pero yo amo más a Anna Freud que a Jacques Lacan, qué se le va a hacer. Lo que pasa es que el primer café ya te espabila y te encuentras con Cristina que con las gafas de sol y el sol parece que no ha dormido, pero sí. Muy chulo su libro. Vaya por delante que yo no soy psicoanalista, dice ella, así empezamos todos, le decimos los demás. Un paseo por las patologías de un mundo convulso de la mano de Alicia y sus cómeme y bébeme transformadores. Bébeme una cerveza con Félix y su nueva vida pasando camino de Trumbo y las múltiples formas del amor. Tambien comida con Rafa y los demás. Copa al sol con Luis, Mayte, Esther e Inés. Al despedirme choco con un fantasma al que todos queremos. No quise hacer daño. Lo nombré sin saberlo. A veces es fácil aparcar en Cibeles. Todos los caminos llevan al centro para encontrarnos con Javi dirección Tulsa. Pasamos por un arco que no detecta metales. Bea se hace una foto con la creación del mundo de Aliadas. Nos acercamos, casi llegamos. Lo que pasa es que por ahí va justo el doctor Vázquez que mira para otro lado, pero yo no. Esperad. Que se joda la realidad. Nos da tiempo a una cerveza y abrazos diversos. Por fin Javi y Laura. Ya casi empieza la peli y el concierto. Hacemos cola en San Gines. Huele a churros. Un tipo me mira y dice: "¿Tú eres el que salió en libros con uasabi?". A su novia y a él les gustó la entrevista y les interesó el libro. Me da la risa. Nos da la risa. De las 100.000 personas que lo habrán visto o menos allí estaba Jose. Encantado. Cuando entramos en la sala no había dónde sentarse. Una hora y media de pie como horizonte. Ufff, qué plan. En la planta de arriba hay sitios. Al pasar alguien dice: Jonás, pídeme una, pero no estoy para mirar a nadie. Veo un hueco y salto. Empiezan Los exiliados romáticos. Un viaje en español, italiano, francés, alemán, inglés que termina con un baño de amor en el lago de Annecy. Estaba más frío de lo que parece en la película. Todos volvemos del exilio. Los que estamos allí somos todos románticos. Hasta Tulsa que se fue y volvió pero sigue siendo vasca y psiquiatra. Una cerveza, un concierto, todos los actores en la pantalla y en el bar. No tuvimos que buscar mucho a Wally. Hacía frío en la calle Arenal al salir. En la puerta estaba Antonio y su familia. Con Antonio habíamos estado Javi y yo en un pueblo perdido de Cuenca el fin de semana anterior. Pasaban por allí. Unas chavalas que cantaban nos hicieron la foto. Patricia dijo: eso no ha podido ser casualidad. Sí. Pero no creo en la casualidad, creo en Paul Auster. Los niños tienen ganas de jugar. Nosotros también antes de cenar. Gabón, que mañana es el día de la madre y mi abuela también come con nosotros.



(El ejercicio de hoy es escribir una historia de encuentros con el estilo que queráis. No es imprescindible que sea una historia real. Os dejo los comentarios libres.)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya nana, el tío gafapastas,con su reloj Casio y los brazos llenos de pelos.Da una sensación sudoroso y de olor a sobaco.Y una chica con ganas de dar de cariño rodeada de cuatro machos. Que me hace preguntarme : Se las terminará comiendo ?

Unknown dijo...

Después de dos años entraste en el auditorio y sos más alto pero no cambiaste mucho. Te llevo esperando más que suficiente y sí viniste. ¿cual de ustedes es el que volvió? Hasta que empieces a tocar no tengo forma de diferenciarlo. Me pregunto por qué abandonaste y qué te hizo volver.
Te odio un poco. Yo te hubiera superado ya hace mucho pero lo dejaste. Te salude en la entrada y no me recordabas. Para empezar seguro nunca me notaste. Siempre el primer lugar. El títere prodigio de su mama. Te ibas sin mirar los resultados... ¿tan seguro estabas de ganar? Todo en vos me molestaba. Fuiste ... asombroso cuando tocabas porque te gustaba la música. Cuando la odiaste fuiste el mejor. ¿cual de ustedes es el que volvió?